Tal com va fer Joan, nosaltres tampoc ens hem de considerar la llum del món, nosaltres som llum, a nosaltres se’ns encarrega ser testimonis de la llum enmig de la foscor, enmig del desert, enmig d’un món que no veu o no vol veure, un món molts cops desconcertat i que va a les palpentes.
Certament, que avui també es pot dir amb tota claredat, «enmig vostre hi ha el qui vosaltres no coneixeu», o aquell que no voleu conèixer, perquè la nostra societat no sap reconèixer els signes de la presència del Salvador en la nostra història.
Els cristians cal que siguem testimonis de Crist en la nostra història, no ens hem de deixar “domesticar” ni pels poderosos ni per les modes ni per les estadístiques ni els percentatges, hem de donar testimoni d’allò que vol Crist, anunciar el seu missatge, i si cal, denunciar el que és contrari als drets humans i al projecte salvador de Déu.
(2 Cr 19,6.7.11)
Los ojos y los corazones se vuelven hacia Mí con interrogantes de angustia, soledad, necesidad, desorientación… y quiero dar respuesta.
Miro al mundo y me vuelvo hacia ti, hombre, para rezarte, para orarte y convocarte, para poner ante ti todas estas realidades, para que veas por mis ojos y sientas con mi corazón.
Necesito tus oídos porque quiero escuchar las historias de Rosario, y devolverle una sonrisa para que sepa que no está sola, que no sobra.
Necesito tus brazos porque quiero dar un abrazo y proteger al niño que mira asustado al mundo que le agrede.
Necesito tus palabras porque quiero saludar y llamar por su nombre a José, el que pide en la puerta del metro y es invisible para los ojos de los que vais corriendo detrás del reloj.
Necesito tus manos porque quiero darle una palmada de ánimo a David, que a pesar de sus recaídas lleva 15 días sin consumir.
Necesito tu trabajo porque quiero meter la mano en el bolsillo y ayudar a María, que trabaja sin parar, y a su marido Manuel que lleva 5 años en paro y tienen tres niños.
Necesito tu corazón porque quiero acoger a Reinaldo, que tuvo que dejar su país porque no tenía futuro y se ha convertido en un sin papeles.
Te necesito a ti porque quiero explicarles a Marta y Juan que a pesar de que no pueden comprarse un piso, yo tengo un mensaje de amor y libertad para ellos.
Te necesito a ti porque quiero acariciar al que no recibe caricias, nombrar al que no tiene nombre, gritar con el olvidado, cantar con el que está alegre y luchar con el que lucha por la justicia.
Necesito que les digas que son el centro de mi Reino.
Te rezo para que seas mis manos, mis ojos, mis oídos y mi boca.
Joaquín Autrán